El médico Pedro Martín Seput, de 57 años, fue condenado a dos años de prisión en suspenso y seis años de inhabilitación para ejercer su profesión, tras ser hallado culpable de la muerte de Aylin Cruceño, una niña de 4 años que falleció el 26 de septiembre de 2017 debido a una neumonía. La pequeña perdió la vida mientras era trasladada en ambulancia desde Malargüe hacia el hospital Schestakow en San Rafael.
El caso, que conmocionó a la comunidad, tuvo como eje central determinar la responsabilidad de Seput en el traslado de la niña. Según las pruebas presentadas durante el juicio, se estableció que el médico no acompañó a la menor en la ambulancia, pese a que debía hacerlo en virtud de su cargo como parte del personal permanente del hospital. Seput argumentó que ya había cumplido con los traslados requeridos en su contrato, pero la Justicia consideró que, por su condición de empleado estable en 2017, tenía la obligación de asistir.
La condena fue impuesta bajo la figura de homicidio imprudente, agravada por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Durante el proceso judicial, también fue sobreseída la gerente asistencial del hospital, Estela Guajardo, mientras que la médica Yolanda Livadiotti, quien emitió un diagnóstico equivocado, fue condenada en un juicio abreviado a tres años de prisión en suspenso y se le inhabilitó para ejercer la medicina.
Este fallo marca un precedente en la provincia y resalta la importancia de la responsabilidad médica en situaciones de urgencia. La comunidad de Malargüe aún recuerda con dolor la tragedia que costó la vida de una pequeña que, con la atención adecuada, podría haber tenido otra oportunidad.