La dirigencia de Boca Juniors, encabezada por Juan Román Riquelme, está inmersa en la búsqueda de un nuevo director técnico tras la renuncia de Diego Martínez. El objetivo es definir al sucesor antes del crucial choque ante Gimnasia La Plata por los cuartos de final de la Copa Argentina, donde el «Xeneize» buscará un pase a las semifinales. Mientras tanto, Mariano Herrón se hará cargo del equipo como entrenador interino.
Los nombres que suenan con más fuerza son los de dos viejos conocidos de la institución: Guillermo Barros Schelotto y Fernando Gago. Barros Schelotto, quien recientemente dejó su cargo como técnico de la selección de Paraguay tras una serie de malos resultados, aparece como el candidato principal. Su vínculo con Boca es profundo, tanto por su exitoso paso como jugador como por su etapa como entrenador, donde alcanzó grandes logros. Sin embargo, la derrota en la final de la Copa Libertadores 2018 frente a River en Madrid dejó una huella que aún perdura. Según fuentes de DSports, el «Mellizo» está disponible y no tendría inconvenientes para regresar al país, pese a estar tramitando su ciudadanía estadounidense.
Por otro lado, Fernando Gago, actual técnico de las Chivas de Guadalajara, también está en el radar. Aunque su salida de México no sería tan sencilla, ya que su contrato incluye una cláusula de rescisión de dos millones de dólares, lo que complica las posibilidades de que Boca lo incorpore sin un desembolso importante. A pesar de algunos altibajos en su desempeño, Gago ha mantenido a su equipo en la pelea, y los directivos del club mexicano no están dispuestos a dejarlo ir fácilmente.
En cuanto a otros posibles candidatos, los nombres de Fernando “Tano” Ortiz, Antonio Mohamed, Eduardo Domínguez y José Pekerman han sido mencionados, pero todos ellos fueron descartados por diversas razones. Así, la lista de opciones se reduce, y el Consejo de Fútbol apura las gestiones para definir al sucesor de Martínez lo antes posible.
El «Xeneize» no solo se juega el pase a semifinales de la Copa Argentina, sino también la estabilidad de un proyecto que necesita recuperar el rumbo tras la sorpresiva salida de su último técnico.